domingo, 19 de abril de 2015

Presentación


Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha utilizado a los insectos de múltiples maneras. Como por ejemplo: la entomofagia, como fuente de alimento; la entomolatría, atribuyéndole dotes divinas; o la entomoterapia, utilizándose para sanar enfermedades. De todos estos usos, nos llamó la atención el amplio número de especies que se han empleado para curar distintas afecciones, o que las farmacéuticas han obtenido algún que otro principio activo para sus medicamentos. Ni cortos ni perezosos, nos pusimos manos a la obra, para intentar simular a una empresa farmacéutica. De todas las especies posibles nos fijamos en el escarabajo de la harina, Tenebrio molitor. Las larvas de este coleóptero son fáciles de conseguir, ya que son utilizadas como alimento para distintos tipos de mascotas. Descubrimos que las larvas de estos organismos originariamente se alimentaban de materia orgánica en descomposición (hojarasca, excrementos o cadáveres). De sobra es conocido, que los hongos tienen una especial apetencia por lugares húmedos y con materia en putrefacción.



Por todo ello, nos planteamos la siguiente hipótesis: si las larvas viven en lugares donde se desarrollan con facilidad los hongos, posiblemente posean en su piel alguna protección bioquímica contra las infecciones provocadas por los mismos. Por tanto, ya teníamos investigación: demostrar la acción fungicida de las larvas de Tenebrio molitor. A continuación, nos pusimos manos a lo obra; por un lado, nos hicimos con un kilo de larvas de escarabajo de la harina y comenzamos a criar a estos coleópteros; y por otro lado, adquirimos varias cepas liofilizadas de hongos en la Colección Española de Cultivos Tipo, concretamente, especies que provocan micosis en seres humanos, como la candidiasis, el pie de atleta o la tiña. De esta manera, si éramos capaces de demostrar la capacidad antimitótica de las larvas de estos escarabajos, se podría concluir el proyecto con la elaboración de una crema fungicida. Finalmente, intentamos resolver cada uno de los interrogantes que nos planteaba nuestra pequeña aventura: ¿Cómo criar larvas de Tenebrio molitor?, ¿cómo demostrar la posible capacidad mitótica de estos coleópteros?, ¿cómo fabricar un fungicida natural usando estas larvas?…Acompáñanos a descubrir las propiedades de las larvas del escarabajo de la harina.

Por tanto, en realidad, nuestro trabajo son dos proyectos: una investigación científica, demostrar la capacidad fungicida de las larvas de Tenebrio molitor; y un proyecto tecnológico-industrial, elaborar un producto.